Miré el frasco de benzodiacepinas que sostenía en mis manos y analicé de nuevo lo que estaba a punto de hacer. Escuché como los gritos comenzaron de nuevo y no lo pensé más, tomé dos vasos y los llené de coñac, eché alrededor de cinco pastillas en cada uno y esperé a que se disolvieran. Ya estando totalmente asentadas en el líquido los llevé a la sala donde mis padres discutían mutuamente, deposité los dos vasos en la mesita y me marché.
Sabía que ambos entrados en el calor de la discusión tomarían la bebida y eso daba rienda suelta al plan que yo había trazado. Cerré la puerta de mi habitación con pestillo y revisé que en mi maleta no faltara nada. Junté todos los papeles que había encontrado y los guardé en mi mochila. Volví a revisar que no faltara nada y esperé a que anocheciera.
Los gritos cesaron y yo aproveché mi oportunidad. Tomé mis cosas y las arrojé por mi ventana, daba la casualidad que ésta salía al jardín. Conteniendo la respiración salté y caí en el pasto aún mojado.
Con dificultad agarré mi bolso en una mano y la maleta en la otra y caminé hacia la calle principal en busca de un taxi, el cual no tardó en llegar. Montándome en él suspiré aliviada.
- - ¿A
dónde señorita? –preguntó el amable conductor.
- - Al
aeropuerto por favor.
Recosté mi cabeza en el asiento y vi pasar la cuidad en un borrón. El auto iba silencioso, sólo se escuchaba la tenue radio que el hombre había encendido. Llegamos en cuestión de minutos y le tendí un billete de cien dólares, el hombre estaba a punto de darme el cambio pero lo deseché. Ya no iba a necesitar dólares nunca más.
Entré al cálido aeropuerto y me dirigí al mostrador donde una arreglada señorita sonreía forzadamente.
- - Buenas
noches, ¿en qué puedo ayudarte?
- -Necesito
el primer vuelo a Londres disponible.
- -Tengo
uno de British Airways que sale en veinte minutos, sería conveniente que
facturaras desde ya para que puedas abordar. –sonrió después de haber tecleado
como maniaca en el computador.
- -Lo
tomo. –le alcancé mi tarjeta de crédito y me entregó mis boleto. Fui a facturar
mi maleta y pronto anunciaron el despegue del vuelo.
Miré a los pocos ocupantes de primera clase, todos parecían querer dormir. Tomé mi bolso y saqué la carpeta que guardaba en él, saqué con cuidado el papel viejo, lo acaricié con mi pulgar y miré el reverso. ___ y L. James Westower. 29-Ago-1992 Dos niños vestidos parecidamente posaban sonrientes, miré a la que debería ser yo, era tan distinta, mi cabello ya no era rubio como en la foto, más bien castaño, pero lo que me había impresionado al principio es que el chico sentado a mi lado era mi hermano, y no sólo eso. Él era mi hermano gemelo.
Cuando encontré los papeles escondidos en el sótano no había creído a lo que había visto, pero después de revisar todos los viejos papeles había encontrado un diario perteneciente a mi madre. Lo saqué de mi bolso y continué leyéndolo.
“No sé qué hacer. Michael quiere que me deshaga de mis hijos, pero no puedo hacerlo, ellos son míos, amo a ambos con todo mi corazón. Cuando me enteré que había regalado a mi pequeño James quise matarlo, pero sé que si le hago algo me irá peor. Extraño tanto a mi bebé, lo necesito tanto. No me gusta el hecho de que ___ viva sin una parte de ella. James es parte de todos nosotros, pero supongo que las cosas irán mejor. No me queda más remedio que ser fuerte, por mí y por mi hija.
James, donde quiera que estés jamás
dejaré de amarte”
¿Por qué mamá había permitido que papá le arrebatara a su hijo? Cerré el cuaderno de golpe y guardé todo de nuevo. Mi cabeza se apoyó en el asiento y dormité un poco.
Un empujón causó
que emergiera de mi sueño. Parpadeando miré al causante de mi golpe.
Una chica de aproximadamente quince años, morena y sonriente se sentó a mi lado.
Una chica de aproximadamente quince años, morena y sonriente se sentó a mi lado.
- - Hola.
–al parecer esta chica vomitaba energía, miré mi reloj de mano y marcaba las
2:43am, aún era demasiado temprano y ella parecía de lo más contenta.- Mi
nombre es Waliyha, es un gusto conocerte. Espero que no te moleste que esté
aquí, la verdad es que me aburría estar en clase turista así que a hurtadillas
me pasé para acá.
- - Por mi
no hay problema. –Le murmuré-. Sólo intenta que no te atrapen. Soy ___ por
cierto.- Volví a acomodarme en mi asiento, me tapé mas con la chaqueta y cerré
mis ojos, la castaño o bien optó por ignorar mi indirecta o en serio es tonta.
- - Y…
¿vas a Londres de vacaciones? Yo vivía en Ámsterdam con mi novio. Los chicos
son unos estúpidos, jamás creas sus promesas, te prometen el cielo, mar y
tierra y lo único que te dan es mierda. –Volví a reacomodarme en mi asiento,
por lo visto el volver a dormir era una opción totalmente nula así que opté por
escuchar la trágica historia que ella me contaba. Sus manos hacían ademanes
intentando dar énfasis a lo que decía, era totalmente gracioso-. Así que este
chico, Stephen, lo conocí porque era amigo de mi hermano, y me enamoré
totalmente de él, lo juro fue como que amor a primera vista. Mis padres por
supuesto que no aceptaron mi relación con él, y me echaron de casa. Así que
huimos juntos, ahora me enteré que me engañaba con la sexy vecina de al lado de
nuestro departamento, es totalmente una zorra. Ahora voy rumbo a casa a
totalmente humillarme frente a mis padres, rogarles su perdón y que me dejen
regresar a casa.
- - ¿De
dónde dijiste que eres? –Le pregunté ignorando por completo el final de su
relato. Aún no había decido a dónde iría al llegar a Londres, y por lo que veía
la chica se veía de confianza. Podría hasta decir que comenzaba a considerarla
como amiga.
- - Soy
de Bradford, en West Yorkshire. No es muy lejos de aquí. Para llegar tienes que
tomar un tren, es la tercera estación. La verdad es que es un pueblo un poco
aburrido.
- - ¿Crees
que podría ir contigo? –Pregunté, ella sonrió abiertamente y puedo jurar que
casi chilló de la alegría-. La verdad es que no tengo un rumbo fijo al que ir.
Estoy en busca de mi hermano, mi padre lo regaló cuando era apenas un bebé y
realmente quiero encontrarlo. Aunque no tengo una puta idea de donde comenzar a
buscar.
- - ¡Yo
te ayudaré! Me encanta todo eso de ser detective. –Dio una palmada de
excitación y comenzó a explicarme cómo había visto en una película. Podíamos
comenzar a buscar en los archivos del hospital donde habíamos nacido. Tenía que
haber una partida de nacimiento con el nombre y fecha de nacimiento de mi
hermano. Realmente ella era inteligente- ¿Y dónde vivirás? Quisiera decirte que
podrías quedarte conmigo, pero no creo que mis padres siquiera me acepten a mí.
- - No
te preocupes, pienso comprar una casa o algo, dinero no me hace falta. ¿Sabrás
de algún lugar que esté a la venta?
- - Creo
que frente a mi casa hay una propiedad en venta, no sé si ya la habrán vendido
o algo pero podríamos ver.
- -Sería
genial. –Le sonreí y ella me correspondió el gesto-. No te preocupes, puedes
venir a vivir conmigo y no humillarte frente a tus padres.
- -¡Gracias!
Realmente no sabes el peso que me quitas de encima.
- -De
nada, creo que tendremos que ir de compras, mucha ropa no tengo y creo que
necesitaré algunas cosas, pero eso lo podremos arreglar más tarde.
- -Yo
te ayudaré con eso, es lo menos que puedo hacer por todo lo que tú estás
haciendo por mí. –Ahogó un bostezo y se acurrucó en su asiento, me echó una
última mirada y cerró sus ojos.
- - Claro,
duérmete. No importa que hayas frustrado mi sueño. –Murmuré para mí misma.
***
Un pequeño golpe en mi hombro me despertó. Ni siquiera me acuerdo de haberme quedado dormida. Con mis ojos entrecerrados miré a Waliyha quien ya tenía su bolso colgado de su brazo mirándome impaciente.
-Bella durmiente
tenemos que bajar del avión. –Su tono de voz era burlesco. Me espabilé y tomé
mi mochila colgándola a mis hombros. Bajamos del avión rápidamente, al parecer
éramos de los últimos pasajeros que aún continuaban a bordo.
Al llegar a la cinta eléctrica esperamos nuestras maletas, al haberlas obtenido fuimos hacia la parada de taxis. La suerte estaba a nuestro favor ya que había uno disponible. Rápidamente nos montamos y partimos hacia la estación de trenes.
Como dije, estábamos de suerte ya que el tren llegó diez minutos después de haber comprado los boletos. Ambas caminamos por el estrecho pasillo hasta encontrar una cabina vacía.
- - ¿Qué
harás al llegar a tu casa? –Le pregunté a Waliyha quien había recostado su
cabeza en el puño de su mano mirando al exterior. Ella sopesó mi pregunta un
momento antes de contestar.
- -La
verdad es que no lo sé. Tengo miedo de encontrarme con alguien de mi familia.
Sé que decepcioné a todos, pero las experiencias sirven de algo, yo aprendí mi
error y a mis quince años es algo totalmente normal.
- - Yo
sé de que hablas cuando te refieres a cometer errores. Yo eh cometido unos
cuantos. Y créeme cuando te digo que aprendes la lección. –Miré mi muñeca,
donde quedó marcado en letra script “Sole Regret” se lo mostré y ella lo miró
asombrada.
- - ¿Cuándo
te lo hiciste? Es totalmente hermoso, ¿me dirás que significa?
- - Lo
hice cuando tenía dieciséis, mis padres son unos jodidos ebrios que no saben
otra cosa más que malgastar el dinero en tabaco y alcohol. Simplemente estaba
harta de ellos así que una noche me fui de fiesta, bebí todo lo que encontré a
mi paso hasta perder el conocimiento. Sólo quería olvidarme un momento de mis
problemas. –Esbocé una sonrisa melancólica al recordar-. Al siguiente día
desperté en la cama de un chico, totalmente desnuda. Perdí mi virginidad con
alguien a quien no conocía. Me sentía completamente sucia, asqueada de mí
misma, fui una tonta. Me di cuenta de que sólo estaba siguiendo los pasos de
mis padres. Una semana después me hice el tatuaje para recordarme la forma en
que me comporté.
- - Wow,
eso es totalmente jodido. –Sus ojos estaban aún clavados en mi muñeca-. Yo no
creo ser capaz de marcar mi piel, soy una gallina cuando de agujas de trata.
Sólo de pensarlo me da escalofríos.
- - No
duele tanto. Creo que lo que más duele es la historia que contiene cada letra.
- - Es
triste, pero puedo ver que eso te ayudó a ser quien eres hoy. Fue como un
obstáculo en tu vida y tu has logrado superarlo.
- - Gracias.
Ambas nos quedamos en silencio, simplemente mirando como el paisaje se difuminaba en la gran ventana. Waliyha tomó su bolso y se puso de pie. Me indicó que hiciera lo mismo. Al parecer ya habíamos llegado a nuestra estación.
Bajamos del vagón entregando nuestro pequeño boleto al botones de la estación. Éste busco nuestras maletas y las colocó en el suelo frente a nosotras. Agradecimos con una sonrisa y salimos de la estación. Llamamos a un taxi, aún no lograba acostumbrarme al volante del lado izquierdo, era raro y a la vez gracioso. El conductor nos ayudó a guardar nuestras maletas, ya había leído que los británicos eran extremadamente caballerosos. Totalmente genial.
Waliyha tamborileaba sus dedos en el cuero del asiento. No sé porque está tan nerviosa, no es como si fuera a ver a la Santa Inquisición, sólo son sus padres.
Ella le indicó
al conductor que ralentizara la velocidad hasta quedar parados frente a una
casa, su aspecto era bonito, pero bueno, es una casa, no puedo decir nada más.
Bajamos del taxi y pagué dando una generosa propina. El hombre sólo agradeció y se marchó dejándonos de pie con nuestras maletas. Podría jurar que nos veíamos estúpidas.
- Bienvenida
a Bradford _____.